Al establecerme en el pequeño pueblo de Barrio, en la parroquia de Bobadela, descubrí una nueva forma de vida. Al principio, no sabía mucho sobre el trabajo en el campo ni sobre la conexión tan profunda que la tierra puede ofrecer. Poco a poco, a través de la observación y el aprendizaje constante, fui encontrando mi lugar. Me formé oficialmente en técnicas agrícolas, pero lo más valioso vino de los consejos y enseñanzas de mis vecinos y de la gente de la zona. Su experiencia y conocimientos transmitidos de generación en generación me enseñaron el verdadero significado de trabajar la tierra con respeto y dedicación.

Gracias a esta combinación entre formación técnica y la riqueza de la tradición popular, pude construir una huerta ecológica que hoy es el corazón de A Nosa Leira. Desde aquí, cultivo frutas y verduras frescas, de temporada y proximidad, que no solo llegan a las mesas de Celanova y Ourense, sino que también reflejan el alma del rural gallego. Cada día, esta aventura me recuerda el valor de reconectar con lo esencial: la tierra, la comunidad y el amor por lo que hacemos.